lunes, 12 de julio de 2010

"No tarda en caer la noche" JHL

no recuerdo bien qué día era. pudo ser un jueves, un viernes, o quizás hasta un lunes.
llovía. eso sí lo recuerdo.
estaba con una amiga que me lo iba a presentar, en un bar. ella me había prestado "yodo" y tenía muchísima curiosidad por conocer a quien me había hecho pasar un muy buen rato entre letras e imágenes paganas.
llegó.
venía con una gabardina negra, con rastros de haber recibido una ráfaga de lluvia. parecía como si hubiese sido arrancado de alguno de sus relatos. nos presentamos con un apretón de manos:
-hola, soy juan- me dijo.
paso seguido, nos sentamos. pedimos una cerveza. estuvimos charlando de muchas cosas. letras, sobre todo. un trago condujo a otro y el otro a otro más. la noche iba haciéndose cada vez más aguada, tanto por la incesante lluvia capitalina como por los tragos que pasaron de ser cervezas a whiskies en las rocas.

creo que le gustaba beber. no sólo por la ronda de esa noche. hace relativamente poco antonia y yo íbamos a verlo al foro josé martí, frente a la alameda central, para una conferencia acerca de los hermanos flores magón.
no llegó.
quizás porque la luna de su apellido despertó perezosa ese día. quizás simplemente fue un olvido.

"pues no llegó, y eso que hasta le trajimos el pulque que nos pidió" -dijo en tono socarrón un representante del foro.

esa primera noche, después de muchos tragos y tres bares, caminando bajo la lluvia y diciendo alguna que otra estupidez, abrazados cual si fuéramos amigos de mucho tiempo, me atreví a sugerirle hacer una canción basada en "yodo":
-claro. puedes hacer lo que quieras. usa las partes que quieras, frases, palabras...-
nos despedimos esa noche con la promesa mutua de vernos nuevamente para continuar la charla, los bares y los whiskies. también con mi promesa de escribir algo digno de "yodo" y con la suya de escucharlo.
de esa conversación y de tres lecturas más salió no sólo una canción, sino tres. incluso, por aquel entonces, pensábamos en hacer un "soundtrack" del libro. a juan le pareció muy buena la idea. pepe y yo nos pusimos a trabajar en canciones, el arte e incluso un toquín con el tema de "yodo". todo quedó en palabras y papel.
volví a ver a juan un par de veces más, en dos presentaciones. en una llevó un ejemplar de "yodo" para regalarlo al público:
-nada más no digas que el autor está aquí-.
desafortunadamente no pudo escucharnos en vivo.
las dos veces que tuvo oportunidad de ir a una presentación del cero se fue antes de que comenzáramos a tocar. a veces la vida es así. a mí me dio la oportunidad de leer "yodo", de reinterpretarlo en la música; él, no tuvo la oportunidad de escucharnos. y ya no la tendrá. ya no podrá seguir lanzando letras en aquel lugar en el que, algún día lanzó una piedra y bautizó como "primera sangre".
el pasado jueves 8 de julio juan dejó de alimentarse en los gallineros fuera de la ciudad. y no lo hizo de noche. al parecer un problema renal que lo tenía internado en el hospital general decidió que su corazón y sus pulmones se detuvieran a las tres de la tarde.
quizás eso es lo que los médicos piensan que pasó.
quizás la realidad sea otra, como suele suceder en las buenas historias.
esas que no terminan en una cama de hospital.
quizás, simplemente se fue a buscar cosas nuevas para contar, nuevos casos, otras caras. gente extraña, de esa que no sale en la tele pero que tiene cosas realmente interesantes que contarnos. gente que se masturba viendo la pantera rosa. gente que nace de verdad, que vive de verdad, que muere, de verdad. gente. como juan. como yo. como cualquiera. gente que como juan, siembra ideas que florecen, que dan frutos. gente que siembra huesos y caracolas.
juan, además de caracolas, sembró un programa de lectura del gobierno del distrito federal para policías y en mi mente, la inquietud para escribir y describir atmósferas oníricas en "con sal en las venas".
gracias, juan. seguiré buscando descifrar los símbolos extraños que dibujaste en algún ricón de mi ser al conocerte entre las calles de aquel obscuro barrio llamado "yodo".
fly.
 
escarbándome la piel espero encontrar
los motivos para tanta soledad
enterrada en el jardín quedó mi felicidad
y mis ansisas
y mis ganas
de querer volar
tras la noche aguada en tu costillar
intento encontrar algo que me estimule
dibujo con sangre sobre tu diván
una sombra extraña que me haga recordar
que tus ojos
y mis ojos
nunca se encontrarán
no sé por qué mi alma no se termina de secar
no entiendo si hasta ahora no he dejado de llorar
no sé por qué mis ojos derraman agua de mar
no sé por qué mi sangre se ha cristalizado en sal
y es cuando quiero vivir


con sal en las venas. CERO ABSOLUTODIVINA OBSCURIDAD


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