llovía. eso sí lo recuerdo.
estaba con una amiga que me lo iba a presentar, en un bar. ella me había prestado "yodo" y tenía muchísima curiosidad por conocer a quien me había hecho pasar un muy buen rato entre letras e imágenes paganas.
llegó.
venía con una gabardina negra, con rastros de haber recibido una ráfaga de lluvia. parecía como si hubiese sido arrancado de alguno de sus relatos. nos presentamos con un apretón de manos:
-hola, soy juan- me dijo.
paso seguido, nos sentamos. pedimos una cerveza. estuvimos charlando de muchas cosas. letras, sobre todo. un trago condujo a otro y el otro a otro más. la noche iba haciéndose cada vez más aguada, tanto por la incesante lluvia capitalina como por los tragos que pasaron de ser cervezas a whiskies en las rocas.
no llegó.
quizás porque la luna de su apellido despertó perezosa ese día. quizás simplemente fue un olvido.
-claro. puedes hacer lo que quieras. usa las partes que quieras, frases, palabras...-
nos despedimos esa noche con la promesa mutua de vernos nuevamente para continuar la charla, los bares y los whiskies. también con mi promesa de escribir algo digno de "yodo" y con la suya de escucharlo.
de esa conversación y de tres lecturas más salió no sólo una canción, sino tres. incluso, por aquel entonces, pensábamos en hacer un "soundtrack" del libro. a juan le pareció muy buena la idea. pepe y yo nos pusimos a trabajar en canciones, el arte e incluso un toquín con el tema de "yodo". todo quedó en palabras y papel.
volví a ver a juan un par de veces más, en dos presentaciones. en una llevó un ejemplar de "yodo" para regalarlo al público:
-nada más no digas que el autor está aquí-.
desafortunadamente no pudo escucharnos en vivo.
las dos veces que tuvo oportunidad de ir a una presentación del cero se fue antes de que comenzáramos a tocar. a veces la vida es así. a mí me dio la oportunidad de leer "yodo", de reinterpretarlo en la música; él, no tuvo la oportunidad de escucharnos. y ya no la tendrá. ya no podrá seguir lanzando letras en aquel lugar en el que, algún día lanzó una piedra y bautizó como "primera sangre".
el pasado jueves 8 de julio juan dejó de alimentarse en los gallineros fuera de la ciudad. y no lo hizo de noche. al parecer un problema renal que lo tenía internado en el hospital general decidió que su corazón y sus pulmones se detuvieran a las tres de la tarde.
gracias, juan. seguiré buscando descifrar los símbolos extraños que dibujaste en algún ricón de mi ser al conocerte entre las calles de aquel obscuro barrio llamado "yodo".
los motivos para tanta soledad
enterrada en el jardín quedó mi felicidad
y mis ansisas
y mis ganas
de querer volar
tras la noche aguada en tu costillar
intento encontrar algo que me estimule
dibujo con sangre sobre tu diván
una sombra extraña que me haga recordar
que tus ojos
y mis ojos
nunca se encontrarán
no sé por qué mi alma no se termina de secar
no entiendo si hasta ahora no he dejado de llorar
no sé por qué mis ojos derraman agua de mar
no sé por qué mi sangre se ha cristalizado en sal
y es cuando quiero vivir
con sal en las venas. CERO ABSOLUTODIVINA OBSCURIDAD
